Desde los últimos doce años, la Iglesia Episcopal y la Iglesia Presbiteriana (EE.UU.) han participado en el diálogo bilateral como parte de su participación en las Iglesias Unidas en Cristo. Aunque todavía están luchando para llegar a la plena reconciliación de sus ministerios ordenados, las dos iglesias llegaron a un acuerdo para /as ancianos/as docentes de la IP (EE.UU.) y los sacerdotes episcopales para administrar la Sagrada Comunión en las iglesias de cada uno con un permiso especial.

Este acuerdo fue aprobado por la 218a Asamblea General (2008), (con la ratificación de los presbiterios en el 2009) y la 76 ª Convención General de la Iglesia Episcopal en el 2009. Las iglesias han continuado dialogando entre los años 2010 y 2014. Se presentó un informe provisional a la 221a Asamblea General (2014) que autoriza la continuación del diálogo hasta el 2018. El continuo diálogo aborda temas relacionados con la expresión de los ministerios ordenados a nivel local (congregación/diócesis), personificación continua del episcopio (personal, colegial, corporativo), el tema de la «re-ordenación», migración desde el «sur global« y la integración de diferentes tradiciones culturales en las iglesias existentes, oportunidades para la educación teológica compartida y la formación para el ministerio; y cómo nuestras relaciones ecuménicas ayudan a abordar los cambios demográficos y culturales que están contribuyendo a la disminución de miembros en ambas denominaciones. La próxima reunión de diálogo se llevará a cabo en noviembre dentro de los límites del Presbiterio de Denver. Los representantes presbiterianos en el diálogo se encuentran la anciana gobernante Anne Bond, el anciano docente  Elder Boyd, el anciano docente  Kamal Hassan, el anciano docente Dennis Hughes, y el anciano gobernante/diacono Gordon Zerkel. La secretaria asociada permanente de Relaciones Ecuménicas y anciana docente Robina Winbush sirve como personal para el equipo de diálogo.

Como parte de nuestro diálogo, hemos tenido la oportunidad de reunirnos con varias congregaciones presbiterianas episcopales, donde sus testimonies vivos ecuménicos nos animó a seguir buscando un camino a seguir adelante. Siéntase libre de visitar los sitios web de la congregación de Indian Hill en el Presbiterio de Cincinnati (www.indianhillchurch.org); la Iglesia Presbiteriana Wilton en el Presbiterio Southern New England y la Iglesia Episcopal St. Matthews en Wilton, Connecticut (www.wiltonpresbyterian.org); y la Iglesia Trinity Park Rapids en el Presbiterio de Northern Waters (www.trinityparkrapids.org). Si usted vive cerca, estoy seguro de que les agradecerían una visita.

Durante el Servicio Ecuménico de adoración en 221a Asamblea General  (2014) el miércoles 18 de Julio, se dio un momento sutil pero significativo. El Secretario Permanente de la Asamblea General, el reverendo Gradye Parsons y el Obispo Presidenta de la Iglesia Episcopal, monseñora Katharine Jefferts Schori, se pusieron de pie junto a la mesa del Señor y llevaron a la congregación en la recepción de la Sagrada Comunión. La liturgia eucarística desarrollada por las Iglesias Unidas en Cristo para uso local, proporcionaron las herramientas litúrgicas para que el secretario permanente de la Asamblea General y la obispo Presidenta participen en la administración de la Santa Comunión. Históricamente, nuestras dos tradiciones se han dividido bastante, sin embargo los diálogos recientes han abierto la puerta para que demos testimonio visible de la unidad que compartimos en Jesucristo.

Mientras que el duro trabajo en el diálogo y la resolución de siglos de división siguen siendo necesarios, se nos recuerda que se nos apoya para este trabajo en la mesa del Señor y somos alentados por la misión que se realiza en forma conjunta por la sanidad de nuestras comunidades y para la gloria de Dios.

Acuerdo entre la Iglesia Episcopal y la Iglesia Presbiteriana (EE.UU.)

  1. Reconocemos a cada una de nuestras iglesias como iglesias que pertenecen a una iglesia santa, católica y apostólica.
  2. Reconocemos que en nuestras Iglesias, la Palabra de Dios es auténticamente predicada y los sacramentos del Bautismo y la Eucaristía están debidamente administrados.
  3. Reconocemos mutuamente a nuestros ministerios ordenados según lo dado por Dios y los instrumentos de la gracia, y esperamos con interés el momento en que la reconciliación de nuestras iglesias haga posible la intercambiabilidad completa de los ministros.
  4. Reconocemos que se materializa y se ejerce la supervisión personal y colegial (episcopal) en nuestras iglesias en una variedad de formas, episcopal y no episcopal, como signo visible de la unidad y la continuidad de la Iglesia en la vida apostólica, la misión y ministerio.
  5. Estamos de acuerdo en que los ministros autorizados de nuestras iglesias podrán, bajo los reglamentos de las iglesias y dentro de los límites de su competencia[1], llevar a cabo las tareas de su propia oficina en congregaciones de las otras iglesias cuando sea solicitado y aprobado por el obispo diocesano y el presbiterio local.
  6. Estamos de acuerdo en que la Iglesia Episcopal invitará a los miembros de la Iglesia Presbiteriana (EE.UU.) para recibir la Santa Comunión en sus iglesias y la Iglesia Presbiteriana (EE.UU.) invitará a los miembros de la Iglesia Episcopal para recibir la Santa Comunión en sus iglesias. Animamos a los miembros de nuestras iglesias a aceptar esta hospitalidad eucarística y así expresar su unidad entre sí en el único Cuerpo de Cristo.
  7. Estamos de acuerdo en continuar con el diálogo en las áreas tales como los ministerios diaconales, el episcopado histórico, el oficio de anciano, etc, que conduzcan a la reconciliación plena de nuestros ministerios y la intercambiabilidad de nuestros ministros.
  8. Alentamos a los obispos diocesanos y a los presbiterios proporcionar momentos habituales para la planificación, la discusión, la dotación de recursos para una vida misional, educativa, y litúrgica juntos. Además, para explorar las posibilidades de desarrollo de nuevas iglesias y la reurbanización juntos.  
  9. Estamos de acuerdo para desarrollar un proceso para apoyar y poner en práctica las recomendaciones anteriores.[2]
  10. Afirmamos que estas propuestas constituyen un paso importante en el avance hacia la unidad plena y visible de la Iglesia. Sabemos que más allá de este compromiso se encuentra un movimiento desde el reconocimiento a la reconciliación de las iglesias y ministerios dentro de la comunidad más amplia de la iglesia universal.


 

[1] Debido a que todavía no tenemos la reconciliación y la toda la intercambiabilidad de los ministerios ordenados, toda autorización para estas oportunidades especiales debe ajustarse al Libro de Adoración Común y el Libro de Orden de la Iglesia Presbiteriana (EE.UU.), y el Libro de Oración Común y la Constitución y Cánones de la Iglesia Episcopal.

[2] Las guías serán desarrolladas por cada uno de las comuniones.

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