“No opriman a los extranjeros que habiten entre ustedes. Trátenlos como si fueran sus compatriotas, y ámenlos como a ustedes mismos, porque también ustedes fueron extranjeros en Egipto. Yo soy el Señor su Dios” (Lev. 19:33-34).

 Al final de un pasillo bordeado por salones de clase y elaborados murales de escenas bíblicas pintados a mano se halla una pequeña cocina. El cartel sobre el refrigerador dice: “Esta es la nevera de Leonor. Por favor, NO tomen la comida de ella”.

Parada junto al refrigerador en la Iglesia Presbiteriana Forest Hill, Leonor García orgullosamente muestra una manifestación física del derroche de amor y apoyo que ha recibido de la congregación. Ella es la única proveedora de sus cuatro hijos (edades de 4 a 19 años) mientras cumple con un período todavía indeterminado de autoencarcelamiento. Forest Hill le ha concedido santuario a esta inmigrante mexicana indocumentada.

Leonor y sus cinco hermanos se quedaron huérfanos a una edad temprana. Su padre murió súbitamente y su madre se vio obligada a mudarse a Ciudad de México para trabajar. Leonor y sus hermanos se quedaron con su abuela en el estado mexicano de Michoacán. Aunque su abuela cuidó de los niños, Leonor sufrió por la ausencia de su madre.

Cuando cumplió los quince años, su abuela le pidió al tío de Leonor que se ocupara de esta en los Estados Unidos. La mudanza fue algo positivo para ella—encontró trabajo que le gustaba, se enamoró y comenzó una familia. Sin embargo, al igual que mucha gente indocumentada en los Estados Unidos, Leonor cayó víctima de un notario fraudulento que le prometió arreglaría su estatus migratorio. En lugar de esto, el notario llenó los documentos de forma incorrecta y causó que Leonor y su esposo recibieran órdenes de deportación.

Con un bebé de un mes, Leonor y su esposo decidieron mudarse y eventualmente aterrizaron en Akron, Ohio. A medida que trataban de ganarse la vida, Leonor tuvo dos hijos más y la joven pareja compró una casa.

Leonor García muestra el brazalete que ICE le obliga a usar.

Leonor García muestra el brazalete que ICE le obliga a usar.-Randy Hobson

Pero durante el proceso de la compra de la casa, la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, siglas en inglés) localizó a Leonor y su familia. Su esposo fue deportado y a Leonor le concedieron la suspensión de su expulsión para que pudiera cuidar de sus hijos pequeños, los cuales, debido a que nacieron aquí, son ciudadanos estadounidenses.

Ella comenzó a reportarse ante ICE cada tres meses, luego cada seis meses y finalmente cada año. Pero durante su cita en el 2017, todo cambió. El oficial de inmigración le pidió que se presentara de nuevo en seis meses. Leonor temía la cita … y con buena razón.

En su siguiente cita, el agente de ICE le ordenó que volviera a mediados de septiembre con un boleto de avión para regresar a México. Le pusieron un grillete de monitoreo. Al salir de la cita ella sabía que inmigración la iba a devolver a México después de haber vivido y construido una vida en los Estados Unidos desde hace veinticinco años.

La iglesia Forest Hill es un ancla comprometida con su comunidad, ubicada entre las calles franqueadas por frondosos árboles de Cleveland Heights, a diez millas del atareado centro de Cleveland. Esta congregación suburbana tiene un historial de compromiso y alcance misionero. La población del área se reparte casi por igual entre afroamericanos y caucásicos (blancos).

Iglesia Forest Hill en Akron, Ohio

Iglesia Forest Hill en Akron, Ohio —Randy Hobson

A pesar de la ausencia de una población migrante apreciable en la comunidad, la congregación oyó el llamado de Dios hacia los ministerios de bienvenida a la gente migrante. Sin tener nexos previos, a comienzos del 2017 Forest Hill exploró su llamado y formó un subcomité de su Ministerio de Justicia y Misión para indagar lo que implicaría convertirse en una iglesia santuario.

A medida que se fueron formando alianzas y que el planeamiento continuaba, una organización de activismo local presentó ante la congregación a Leonor—quien todavía vivía en Akron, donde hay una mayor población de inmigrantes. La historia de Leonor impulsó a la acción al consistorio de Forest Hill.

El personal que maneja el templo y quienes estarían encargados de proveerle a ella seguridad y comodidad actuaron rápidamente. Se instaló una ducha y personas voluntarias se organizaron. Gracias a un gran esfuerzo para lograrlo, Leonor se instaló en una habitación de la planta alta—sin sus hijos y a millas de distancia de su hogar en Akron—justo días antes de la fecha en que la deportarían a mediados de septiembre.

Leonor y la iglesia Forest Hill reciben apoyo de la comunidad interreligiosa local. Tantas congregaciones y organizaciones han llamado a la oficina de la iglesia para ofrecer apoyo que el pastor, John Lentz, no puede enumerarlas todas. El alcalde de Cleveland Heights, miembros del concilio municipal y el jefe de la policía están entre los muchos líderes locales que han contactado a la iglesia para expresar su apoyo.

[Pullquote] “Lo que pasa dentro de estas paredes también tiene que reflejar lo que queremos presenciar en el mundo”. – Pastor John Lentz (4:41)

“Lo que pasa dentro de estas paredes también tiene que reflejar lo que queremos presenciar en el mundo”. – Pastor John Lentz (4:41)

Leonor, una líder comunitaria probada en Akron, ha estado plenamente involucrada en la promoción de los derechos de los migrantes y en ayudar a las personas migrantes a conectarse con servicios y organizaciones. Ella sabía que el santuario era una opción para mantener unida tanto a su propia familia como otras. Cuando Leonor piensa en la vida en México, no puede imaginarse el llevar a sus hijos allá—un país que sus hijos no conocen y que ella no ha visto en veinticinco años.

Pastor de la iglesia Forest Hill, Rvdo. Dr. John Lentz, y la pastora asociada, Rvda. Lois Annich dan anuncios durante el servicio de adoración

Pastor de la iglesia Forest Hill, Rvdo. Dr. John Lentz, y la pastora asociada, Rvda. Lois Annich dan anuncios durante el servicio de adoración -Randy Hobson

En lugar de esto, Leonor ha decidido luchar para quedarse con su familia y acogerse al santuario. Leonor describe su decisión como desgarradora. Al entrar al templo sabiendo que ella no podría salir y que su familia no podría vivir con ella allí, dice que “sintió como si le estuvieran arrancando la piel”.

Ella ha perdido tantas cosas—el cuidar de su familia y estar con ella a diario, el ayudar a la comunidad de Akron que tanto ama y su propia libertad de movimiento—pero ella considera que su decisión es un acto de resistencia. Leonor cree firmemente que las leyes de inmigración de EE.UU. y la aplicación de estas son injustas y dividen familias, obligándolas a vivir bajo el miedo constante y marginándolas. Su decisión es una forma de enfrentarse al sistema. Ella pide que otras personas hagan lo mismo. Y Leonor siente el apoyo de su familia de la iglesia e incluso de gente desconocida.

Aunque ella desconoce su futuro, Leonor tiene la firme intención de permanecer en EE.UU. con su familia y de mantener las relaciones que tiene ahora con miembros de la iglesia Forest Hill. Como necesitaba mantenerse activa en su nueva iglesia hogar, ella asumió la tarea de limpiar el santuario del templo y dice: “El santuario es mío, mío para limpiarlo. Y les he dicho que cuando salga de la iglesia seguiré limpiando el santuario y cuidándolo”.

Este trabajo de resistencia y búsqueda de la justicia se hace en comunidad. La 222da Asamblea General (2016) declaró, bajo la resolución Reafirmación del Ministerio de Santuario por parte de Congregaciones, que la IP(EUA) “reafirma la responsabilidad ética de congregaciones y cuerpos gobernantes de la Iglesia Presbiteriana (E.U.A.) de defender la unidad y la integridad de las familias cuando una madre o un padre inmigrante son amenazados con la deportación” (Actas, 2016, Parte I, p. 944 del archivo electrónico, Artículo 12-11).

Pastora asociada de la iglesia Rvda. Lois Annich y Leonor García se abrazan antes del servicio del domingo - Randy Hobson

Pastora asociada de la iglesia Rvda. Lois Annich y Leonor García se abrazan antes del servicio del domingo-Randy Hobson

La gente religiosa de todos los trasfondos alrededor del país está ofreciendo santuario. Sabemos que existen más de 100 casos. Aunque no hay una base legal para que los agentes de inmigración respeten el santuario, hay una política vigente en la actualidad que permite que esta sea una vía de testimonio efectivo.

Khaalid Walls, un portavoz de ICE, declara: “La política actual de ICE instruye al personal de la agencia a que evite conducir actividades ligadas al cumplimiento de la ley en ubicaciones sensibles, a menos que tengan la aprobación previa de un oficial de supervisión apropiado o en el evento de circunstancias apremiantes. Los lugares que se especifican en la guía incluyen las escuelas, los lugares de adoración y los hospitales”.



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