El Secretario Permanente de la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana (U.S.A.), J. Herbert Nelson, II, condenó hoy la decisión del Presidente Trump de poner fin al Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA). DACA ha proporcionado protección a unas 800.000 personas que fueron traídas a Estados Unidos por sus padres sin documentos de inmigración adecuados.

«El programa ofreció empoderamiento a aquellas personas vulnerables por un fracaso en nuestras leyes», dijo Nelson al presidente. «[Esta acción] es un intento de devolverles a la vulnerabilidad».

Nelson prometió que la IP continuara «abogando por una reforma migratoria justa» y «para la aplicación justa de la inmigración que considera intencionalmente las dificultades de la separación de la familia y la determinación sincera expresada en la construcción de la familia y la comunidad en los Estados Unidos. Los DREAMers y receptores de DACA han hecho precisamente eso».

A continuación, la carta de Nelson al presidente, fechada el 5 de septiembre del 2017:


Estimado Señor Presidente,

Me horroriza que haya terminado el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA). Como máximo funcionario eclesial de la Iglesia Presbiteriana (EE.UU.), una denominación de 1,5 millones de miembros, protesto su decisión.

DACA ha proporcionado seguridad y protección a aproximadamente 800,000 personas de la detención y deportación. El programa ofreció empoderamiento a aquellas personas vulnerables por un fracaso en nuestras leyes. Los beneficiarios de DACA aprovecharon esta oportunidad al involucrar a esta democracia a través de la acción cívica. Nuestra nación es mejor gracias a ellos. Estas personas mejoraron sus niveles profesionales y educativos. Nuestra economía es mejor gracias a ellas. Cumplieron con los requisitos del programa y proporcionaron información personal y se sometieron a verificaciones de antecedentes. Nuestro país es más seguro gracias a ello. Su decisión ahora empuja a estas personas empoderadas y responsables a tomar decisiones impensables sobre cómo mantener a sus familias. Es un intento de devolverlos a la vulnerabilidad.

La IP (EE.UU.), como iglesia nacional, apoya la presencia y las contribuciones de las personas inmigrantes en los Estados Unidos. Abogamos por una reforma migratoria justa. Abogamos por la aplicación justa de inmigración para que se considere intencionalmente las dificultades de la separación de familias, y la sincera determinación expresada en la construcción de familias y la comunidad en los Estados Unidos. Los DREAMers y receptores de DACA han hecho precisamente eso. A menudo, estas personas conocen más este país que el que dejaron atrás. Se han hecho amistades; han estudiado en las escuelas; después de años de contemplar un futuro nublado por la amenaza de la deportación, han comenzado a soñar con su futuro.

Los receptores de DACA no son extraños. Son nuestros vecinos. Son participantes activos en la sociedad civil. Han luchado por sus derechos. Han cumplido con los requisitos de inmigración. Darles la espalda a estas personas es dar la espalda a la posibilidad y el potencial de lo que ofrecen a este país. La IP (EE.UU.) esta afligida ante esta decisión. Nos comprometemos a acompañar a aquellas personas que ahora están en riesgo. Continuaremos la lucha para buscar una solución permanente a su limbo de inmigración. Es lo correcto. Refleja nuestros valores como iglesia y refleja nuestros valores como ciudadanos de los Estados Unidos.

«Así que no nos cansemos de hacer el bien porque, si seguimos haciéndolo, Dios nos premiará a su debido tiempo». —Gálatas 6:9

 
En Cristo,
Stated Clerk Signature

 


El Reverendo Dr. J. Herbert Nelson, II
Secretario Permanente de la Asamblea General
Iglesia Presbiteriana (EE.UU.)

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