El liderazgo busca la voluntad de Dios
El liderazgo implica movimiento y cambio. Las personas que no desean avanzar generalmente no necesitan liderazgo; estarán más felices con alguien que funcione como guardián o custodio. Por otro lado, los/as líderes se dirigen a una meta y quieren llevar a otras personas con ellas. Ven cosas que podrían hacer y se sienten atraídos/as a poner sus energías en galvanizar a otras personas para hacer realidad esas visiones. 

La principal tarea de un líder espiritual en la iglesia es guiar a otras personas a buscar y hacer la voluntad de Dios. A veces las personas asumen este papel de liderazgo con entusiasmo. Otras se convierten en líderes espirituales solo con renuencia. Moisés es quizás el ejemplo más famoso de un líder espiritual renuente. No estaba buscando una nueva ocupación cuando se encontró con Dios en la zarza ardiente. Él discutió con Dios sobre sus credenciales y su competencia para el trabajo. Al igual que Moisés, algunos oficiales pueden sentirse indignos y no calificados a su llamado. Cuando nos sentimos de esta manera, es enriquecedor saber que, como dice el viejo refrán, Dios no llama al calificado; Dios califica a los llamados. 

Nuestra prioridad número uno como ancianos gobernantes y docentes de la IP (EE. UU.) es levar a nuestras congregaciones a buscar y hacer la voluntad de Dios. Esto tiene más prioridad que mantener el techo del edificio, contratar maestros de escuela dominical, cumplir el presupuesto o cualquier otra cosa. Esta afirmación plantea la pregunta de si realmente podemos conocer la voluntad particular de Dios en cualquier situación dada. ¿Qué hay de todo el mal que se ha hecho a través de los siglos por personas que pensaban que estaban haciendo la voluntad de Dios? ¿Cómo podemos estar seguros de que estamos haciendo la voluntad de Dios y no la nuestra? 

Dios no llama al/la calificado/a;
Dios califica a los/as llamados.

Encontrar la voluntad de Dios no es un juego de escondidas donde Dios se oculta y nosotros le buscamos. La verdad es que, a través de la Escritura, ya sabemos más de la voluntad de Dios de lo que a menudo estamos dispuestos a hacer. Sabemos que es la voluntad de Dios que amemos a nuestros enemigos, volteamos la otra mejilla cuando somos atacados, les perdonamos y oramos por aquellas personas que nos lastiman, y rechazamos las oportunidades de venganza. Sabemos que es la voluntad de Dios que vivamos una vida moderada, saludable y modesta, que seamos buenos administradores de nuestra salud y que tratemos nuestros cuerpos como templos del Espíritu Santo. Sabemos que estamos llamados a dar sacrificialmente, comenzando con un diezmo de nuestros ingresos, para que la obra de Dios pueda avanzar. Sabemos que debemos servir a Cristo sirviendo a las personas pobres, enfermas, encarceladas, desnudas, hambrientas y sin amigos. Sabemos que estamos llamados a ser constructores de la paz en un mundo lleno de conflicto y violencia. Estos claros preceptos nos guían en la fiel toma de decisiones. Más que cualquier otra cosa, la lucha diaria para tomar decisiones similares a las de Cristo y para ordenar nuestras vidas y comunidades en línea con la voluntad de Dios nos transforma en personas con discernimiento. Aquellas que practican esta disciplina, entran en el proceso de toma de decisiones comunales, como una reunión de consistorio, equipados para escuchar la voluntad de Dios para la iglesia.

Preguntas para pensar y dialogar

  1. ¿Cómo reacciona a la afirmación de que dirigir a una congregación a buscar y hacer la voluntad de Dios es la obra más importante del liderazgo espiritual de la iglesia?
  2. En el libro de Hechos, leemos cómo la iglesia primitiva fue guiada por el Espíritu Santo y facultada para hacer la voluntad de Dios. ¿Cómo ha experimentado esto en su iglesia? ¿En su propia vida?
  3. ¿Cómo ha experimentado en su propia vida la frase «Dios califica a los llamados?»

 


Joan S. Gray ha servido como anciana docente en doce congregaciones. Es coautora de Presbyterian Polity for Church Leaders, y autora de Spiritual Leadership for Church Officers y Sailboat Church, todos publicados en ingles por Westminster/John Knox Press. Joan concluyó un período de dos años como moderadora de la 217ª Asamblea General (2006) de la IP (EE. UU.) y vive en el centro de Atlanta.

For more about the information provided here, please contact Martha Miller at martha.miller@pcusa.org and browse the Ruling Elders website.

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