Mientras que muchas iglesias empiezan sus programas anuales en setiembre y el calendario litúrgico comienza con el adviento, la mayoría de las congregaciones siguen el calendario anual para las instalaciones y ordenaciones que marcan un tiempo de juntas y comités reconfigurados. Para algunas personas, esto incluye retiros de líderes en donde las metas, objetivos, visión y prioridades se establecen para el año venidero. Se espera que estos ejercicios visionarios influyan en la adopción final de presupuestos, antes de cuadrar el calendario de eventos y celebraciones ministeriales especiales.

Se puede encontrar la información estadística congregacional en church-trends.pcusa.org. Algunos presbiterios también se suscriben a los recursos demográficos de MissionInsite y organizaciones semejantes.

Es bueno hacer cuentas de la congregación en este momento y de los dones, pasiones y habilidades que traen al ministerio como recursos. Vale considerar las necesidades y oportunidades que surjan para el servicio más allá de las paredes de la iglesia, así como dentro de la congregación. Considere las necesidades actuales de la comunidad y del vecindario, como las estadísticas congregacionales dentro del contexto de las tendencias plurianuales. Este tipo de balance contribuye a la vitalidad congregacional y puede evitar el estar atrapado en un ciclo de simplemente repetir lo que se ha hecho en el pasado con tan solo cambiar las fechas de calendario.

Como ex líder de presbiterio con experiencias en docenas de congregaciones en proceso de discernir la visión y la forma de su ministerio al que Dios les llamaba, he participado en un proceso basado en datos e influenciado por una investigación apreciativa—ganando un mejor entendimiento de valores y apreciaciones al nivel de la congregación, así como análisis demográfico y estadístico. A medida que aparecía una imagen más clara de la identidad y el contexto de la congregación, también nos fijamos en los indicadores de resistencia y la capacidad de cambiar. Finalmente, derribamos dos grandes preguntas entrelazadas: ¿Cuál fue la historia singular que esta congregación deseaba contar y qué es los que se necesitaba para convertir en realidad esa historia emergente con raíces sólidas y potencial para el crecimiento?

Mientras puede ser fácil que este proceso sea trastocado para reflejar la voz más alta en el salón, memorias atesoradas personales o actuales tendencias culturales, la descripción del Libro de Orden al llamado de la iglesia en F-1.03 puede ayudar a corregir. Emite un llamado a la iglesia a ser el cuerpo de Cristo y a ser una comunidad de fe, esperanza, amor y testimonio, y ofrece una invitación convincente que incluye a todos/as. Cuando contamos con recursos suficientes, nos libramos de la necesidad de mantener programas que ya no dan vida en su forma actual y podemos o bien considerar maneras de ajustarlos para que alcancen las metas propuestas con más éxito u honrar sus contribuciones en el pasado y dejar de implementarlos con la certitud de que Dios sigue vivo y trabajando en los nuevos ministerios que emergen para tomar su lugar.

¡Que este nuevo año les traiga nueva claridad y energía al ministerio!

Estímulos de diálogo

Al momento de evaluar los programas e iniciativas congregacionales, haga estas preguntas clave:

  • ¿Por qué es esta actividad valiosa para el cuerpo de Cristo?

  • ¿Cómo contribuye a la construcción de una comunidad dentro de la iglesia y el mundo que nutra la fe, esperanza, amor y/o justicia?


Mary Marcotte es educadora cristiana certificada y anciana gobernante que ha servido en congregaciones en Texas y en el norte de Virginia antes de servir por trece años como presbítera asociada general en el Presbiterio de New Covenant. Ahora está retirada y vive en Dallas, Texas, donde es miembro de Northridge Presbiteriana. Ella se mantiene activa en el ministerio educativo a nivel local, regional y nacional, y sobre todo le gusta enseñar y liderar retiros.

 

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