Contemplación, Contemplando, Contemplativo. Para algunas personas, estas son palabras de consuelo. Un descanso de producir. El mero pensarla agrega oxígeno al alma. Para otras personas, produce un verdadero pánico. El terror de la quietud. Las cualidades desconocidas de «solo pensar». Sin embargo, la contemplación es un acto elástico; capaz de ser sostenido y practicado por personas escépticas y fanáticas,—en una reunión de la sesión, por un/a anciano/a gobernante solo/a,  una persona joven, una familia, quien sea.

Contemplar es considerar algo profundamente. Una vez, un director espiritual ofreció y demostró, para una clase centrada en la espiritualidad cristiana, que una forma sencilla de pensar en la contemplación es imaginarse sosteniendo un jarrón de cristal, un tazón o una escultura, y luego tomar cinco minutos para examinar completamente la pieza que se está sosteniendo. Mirarlo, palparlo, voltearlo de lado a lado y de abajo a arriba.  Mirar cómo se ve con otros objetos en el fondo. Ver cómo más luz y menos luz pueden cambiar el elemento, producir color y calentarlo.

Una experiencia reciente en el Día de San Valentín me llevó a profundizar en la práctica de la contemplación. Lo primero que hice en el día de corazones y flechas fue una visita al dentista. Cuando entré en la oficina, una alegre empleada me saludó con la frase «¡Feliz Día del Amor!» Sonreí tímidamente, apresurándome a inscribirme. La recepcionista continuó saludando a los pacientes con su alegre mensaje. Cuando me fui, ella me deseó bien. Le dije: «¡Feliz día de San Valentín!"» Y ella respondió: «¡Gracias! Espero que tu día esté lleno de amor. ¡En todas las formas!» Iba a entrar al ascensor y algo me detuvo. Me di la vuelta y dije: «Estás saludando a la gente con ¡Feliz día del amor! ¿Qué te hace decir esa frase específicamente? Tengo curiosidad». Ella dijo: «Decidí esta mañana ver a todas las personas durante todo el día, como personas que tienen amor, que han sido amadas, que deberían ser amadas. Cuando salen del ascensor, lo primero que veo es eso. Es asombroso. No veo lo que llevan puesto, ni su mal humor, ni nada de eso. Los veo como un ser que lleva amor».

Considerar algo profundamente, contemplarlo, significa abrir los ojos, mirar intencionalmente con un espíritu de ver y contemplarlo. ¿No es esta una gran y buena invitación bíblica / teológica? El contemplar algo. Se nos dice que Dios contempló al hijo de Dios. María contempló a su hijo. Una nación contempló su destino final. No solo miraron y siguieron adelante. Nuestra invitación como líderes es hacer más que simplemente mirar y seguir adelante. Es considerar profundamente. Contemplar puede ser una forma de orar o una herramienta increíblemente potente para profundizar la paz o llegar a una decisión cuidadosa. La contemplación para el líder de la iglesia, el/la anciano/a gobernante, docente y secretario/a es una forma de pasar de la decisión al discernimiento. Considerar profundamente si así es como se ve como un/a líder, cómo opera con otros líderes, las implicaciones de un programa o un presupuesto. Hacer algo más que mirar y seguir adelante.

Yo, encantada por la idea que la recepcionista dental me planteó ese día de San Valentín―la de mirar a las personas que me rodean y verlas como personas con amor y como una persona que Dios contempla―salí de la oficina decidida a hacer lo mismo. Si bien no me sentía cómoda saludando a personas desconocidas con la frase «Feliz día del amor», me daba curiosidad. Me conmovió. Y así, decidí considerar profundamente a las personas ese día. Y ese día era un día de amor. No de corazones y flechas, sino una apreciación absoluta y un retumbante sentido de gratitud por quién y qué estaba viendo.

Como es en la mayoría de las prácticas espirituales, la intencionalidad es clave. Se trata de hacer un esfuerzo intencional que al final conducirá a una acción natural o más habitual. Considere estas formas simples de practicar la contemplación mientras sirve:

  • Durante una reunión, fíjese en silencio en otro líder en la sala y considere los dones de esa persona: las razones por las que la comunidad y Dios les han llamado a servir y las palabras que ha dicho que ayudaron a considerar un asunto o una conversación. Mire a esa persona. ¿Qué ve Dios cuando Dios ve a esa persona?
  • Durante un proceso de decisiones, pida al grupo que se tome unos minutos para pensar realmente en las personas involucradas en esa decisión. Por ejemplo, en la aprobación de una experiencia de servicio de un grupo juvenil, invítese a usted mismo y a otras personas a pasar unos minutos reflexionando sobre las personas jóvenes involucradas en la decisión, el grupo o comunidad que recibirá el servicio, las vidas de esa comunidad. Contemple la forma en que Dios ve a todos los involucrados. ¿Qué podría esperar Dios de esta decisión? Haga esto cuando encuentre el asunto en la agenda o antes de votar.
  • Al comenzar su día, tómese cinco minutos para examinar en silencio cómo se siente, cómo comienza su día, qué cosas buenas están presentes (café, propósito, posibilidad, etc.), qué desafíos le esperan y simplemente tenga en cuenta su día. Contemplar en lugar de planificar.

¡Feliz día del amor hoy y siempre!

 

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Gina Yeager-Buckley sirve como Asociada de Misión para la Formación Cristiana de Jóvenes/Trienio Presbiteriano de Jóvenes.  Gina vive y trabaja en Louisville, Kentucky.  Está casada con Andrew.  Gina es educadora cristiana certificada, miembro del equipo de jóvenes voluntarios de su iglesia y una entusiasta defensora de los/as jóvenes en la iglesia. Gina busca alentar a las iglesias a dejarse moldear por la fe y la vida de los/as jóvenes en su comunidad.