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Mi amiga Mildred cumplió sus 100 años el 5 de julio de 2020. Presbiteriana de toda la vida, Mildred ha servido por muchos turnos en el consistorio de su iglesia en Indiana. Activa en todos los niveles de la IP (EE. UU.), el primer amor de Mildred siempre ha sido su congregación local, incluyendo varios años como parte del personal. Conozco, observo y aprendo de Mildred desde hace cuarenta años. Una de las cosas que me enseñó es la forma cómo puso en práctica su servicio a la iglesia de Cristo es la forma en que los/as ancianos/as gobernantes pueden servir en calidad de educadores/as.

Los ancianos gobernantes se comprometen a enseñar. Tienen la oportunidad de ayudar a los/as niños/as a aprender las historias de la fe. Pueden comprometerse con los/as jóvenes y los/as adultos/as jóvenes, hablando con ellos sobre sus alegrías y luchas y animándolos en sus viajes de fe. Los ancianos gobernantes deben estar siempre buscando recursos para compartirlos con los adultos — recursos que tratan los problemas y desafíos de la vida.

Los ancianos gobernantes se comprometen a adorar. La presencia regular de los líderes de la iglesia los domingos por la mañana — o sea cuando sea la adoración de sus congregaciones — dice firme y claramente que la comunidad es esencial para la vida de fe. El cantar y orar juntos, el escuchar y responder a la palabra de Dios juntos, nos da base y nos hace posible hacer el trabajo del ministerio en el mundo.

Los ancianos gobernantes se comprometen a ser mentores de otras personas. Asesoran a las personas que buscan invitándoles a la comunidad de la iglesia y acompañándoles en su experiencia con el lenguaje y las costumbres que pueden parecerles bastante extraños al principio. Dan mentoría a las personas que asisten a clases de confirmación escuchando sus experiencias, respondiendo a sus preguntas y orando por ellas mientras consideran la posibilidad de ser miembros de la iglesia. Dan la bienvenida a nuevos miembros de la iglesia con gratitud y entusiasmo. Los ancianos gobernantes buscan los dones de los miembros de la iglesia e invitan a que se compartan esos dones.

Los ancianos gobernantes se comprometen con toda la vida de la iglesia. Aunque puedan enfocarse en un área de ministerio específica, apoyan toda la vida de su congregación. Participan en los esfuerzos de misión, asisten a eventos musicales especiales y apoyan la recaudación de fondos de grupos de jóvenes. Modelan la generosidad en sus donaciones financieras y comparten alegremente lo que la iglesia y su ministerio significan para ellos.

Los ancianos gobernantes se comprometen con la iglesia en general. Como líderes conexionales, tienen oportunidades de estar al tanto con las noticias e información de la iglesia y de compartirlas con otras personas — a veces incluso su pastorado. Pueden alentar el apoyo o la presencia en reuniones de la denominación, tales como el Trienio de la Juventud Presbiteriana, el Encuentro Trienal de Mujeres Presbiterianas, y en campamentos de verano y conferencias. Pueden participar en reuniones y comités del presbiterio, el sínodo y la Asamblea General para que puedan aprender de las demás personas, influir en el cambio y volver a sus propias comunidades con nuevas ideas.

Los ancianos gobernantes reconocen, e incluso celebran, el hecho de que no dejan de ser ancianos gobernantes al cumplir su turno en el consistorio. Saben que han sido llamados de por vida:

  • A enseñar;
  • A adorar a Dios con regularidad, alegría y entusiasmo;
  • A invitar a otras personas a la fe;
  • A preparar a los/as niños/as, jóvenes y adultos/as para el trabajo del ministerio en la iglesia y en el mundo;
  • A participar en la vida de sus comunidades específicas;
  • A orar por la gente y los lugares en todo el mundo de Dios;
  • A compartir con generosidad su tiempo, sus talentos y sus recursos económicos en cuántos lugares y tiempos donde haya necesidad;
  • A servir a Dios y a la iglesia con energía, inteligencia, imaginación y amor.

Preguntas para el diálogo

Tómese un tiempo para pensar en los papeles que ha desempeñado en su servicio como anciano gobernante.

  • ¿Cómo ha servido como educador/a a otras personas?
  • ¿Cómo pondrá en práctica, o cómo pone en práctica, su llamado después de servir en el consistorio? 

Esto es dedicado en memoria de Mildred Myers Flanary, anciana gobernante en la Primera Iglesia Presbiteriana en Lebanon, Indiana, líder para clase bíblica los domingos por la mañana y lectora de cuentos cada semana a la clases de los niños de cuatro años del Ministerio Presbiteriano Infantil; canta como contralto en el coro y a menudo toca música del ofertorio en la clavinova; invita a las personas a venir a la iglesia con su habilidad asombrosa de percibir los talentos ocultos que tienen las personas de toda edad; se presenta en todos los esfuerzos de la iglesia; y solo hace poco que dejó de ser la comisionada regular al presbiterio.


Carol McDonald — ministra y miembro del Presbiterio de Wabash Valley — se jubiló después de cuarenta y dos años de servir a la IP (EE. UU.) en calidades de pastora y de ejecutiva de concilio intermedio. Sirvió por nueve años como miembro del Concilio de Certificación de Educadores de la IP (EE. UU.) y fue miembro del Comité de la Oficina de la Asamblea General desde 2010 hasta el 2018. De jubilada, sirve como asociada parroquial de la Iglesia Presbiteriana de Northminster en Indianápolis, Indiana.