Daily Readings
August 6, 2021
*Two different lectionary systems are provided above: the two-year Daily Lectionary (cycles 1 and 2) and the three-year Revised Common Lectionary (cycles A, B, and C).
Morning
Salmos 84; 148
First Reading
2 Samuel 12:1-14
Second Reading
Hechos 19:21-41
Gospel Reading
Marcos 9:14-29
Evening
Salmos 25; 40
Morning Reading 1
Salmos 84
1 ¡Cuán hermoso es tu santuario,
Señor todopoderoso!
2 ¡Con qué ansia y fervor
deseo estar en los atrios de tu templo!
¡Con todo el corazón
canto alegre al Dios de la vida!
3 Aun el gorrión y la golondrina
hallan lugar en tus altares
donde hacerles nido a sus polluelos,
oh Señor todopoderoso,
Rey mío y Dios mío.
4 ¡Felices los que viven en tu templo
y te alaban sin cesar! Selah
5 ¡Felices los que en ti encuentran ayuda,
los que desean peregrinar hasta tu monte!
6 Cuando pasen por el valle de las Lágrimas
lo convertirán en manantial,
y aun la lluvia lo llenará de bendiciones;
7 Irán sus fuerzas en aumento,
y en Sión verán al Dios supremo.
8 Señor, Dios todopoderoso,
Dios de Jacob,
¡escucha mi oración! Selah
9 Mira, oh Dios, con buenos ojos
a aquel que es nuestro escudo,
a quien tú has escogido como rey.
10 ¡Más vale estar un día en tus atrios,
que mil fuera de ellos!
Prefiero ser portero del templo de mi Dios,
que vivir en lugares de maldad.
11 Porque Dios el Señor nos alumbra y nos protege;
el Señor ama y honra a los que viven sin tacha,
y nada bueno les niega.
12 Señor todopoderoso,
¡felices los que en ti confían!
Morning Reading 2
Salmos 148
1¡Aleluya!
¡Alaben al Señor desde el cielo!
¡Alaben al Señor desde lo alto!
2 ¡Alábenlo ustedes, todos sus ángeles!
¡Alábenlo ustedes, ejércitos del cielo!
3 ¡Alábenlo, sol y luna!
¡Alábenlo ustedes, brillantes luceros!
4 ¡Alábalo tú, altísimo cielo,
y tú, agua que estás encima del cielo!
5 Alaben el nombre del Señor,
pues él dio una orden y todo fue creado;
6 él lo estableció todo para siempre,
y dictó una ley que no puede ser violada.
7 ¡Alaben al Señor desde la tierra,
monstruos del mar, y mar profundo!
8 ¡El rayo y el granizo, la nieve y la neblina!
¡El viento tempestuoso que cumple sus mandatos!
9 ¡Los montes y las colinas!
¡Todos los cedros y los árboles frutales!
10 ¡Los animales domésticos y los salvajes!
¡Las aves y los reptiles!
11 ¡Los reyes del mundo y todos los pueblos!
¡Todos los jefes y gobernantes del mundo!
12 ¡Hombres y mujeres, jóvenes y viejos!
13 ¡Alaben todos el nombre del Señor,
pues sólo su nombre es altísimo!
¡Su honor está por encima del cielo y de la tierra!
14 ¡Él ha dado poder a su pueblo!
¡Alabanza de todos sus fieles,
de los israelitas, su pueblo cercano!
¡Aleluya!
First Reading
2 Samuel 12:1-14
12:1 El Señor envió al profeta Natán a ver a David. Cuando Natán se presentó ante él, le dijo:
—En una ciudad había dos hombres. Uno era rico y el otro pobre. 2 El rico tenía gran cantidad de ovejas y vacas, 3 pero el pobre no tenía más que una ovejita que había comprado. Y él mismo la crió, y la ovejita creció en compañía suya y de sus hijos; comía de su misma comida, bebía en su mismo vaso y dormía en su pecho. ¡Aquel hombre la quería como a una hija! 4 Un día, un viajero llegó a visitar al hombre rico; pero éste no quiso tomar ninguna de sus ovejas o vacas para preparar comida a su visitante, sino que le quitó al hombre pobre su ovejita y la preparó para dársela al que había llegado.
5 David se enfureció mucho contra aquel hombre, y le dijo a Natán:
—¡Te juro por Dios que quien ha hecho tal cosa merece la muerte! 6 ¡Y debe pagar cuatro veces el valor de la ovejita, porque actuó sin mostrar ninguna compasión!
7 Entonces Natán le dijo:
—¡Tú eres ese hombre! Y esto es lo que ha declarado el Señor, el Dios de Israel: “Yo te escogí como rey de Israel, y te libré del poder de Saúl; 8 te di el palacio y las mujeres de tu señor, y aun el reino de Israel y Judá. Por si esto fuera poco, te habría añadido muchas cosas más. 9 ¿Por qué despreciaste mi palabra, e hiciste lo que no me agrada? Has asesinado a Urías el hitita, usando a los amonitas para matarlo, y te has apoderado de su mujer. 10 Puesto que me has menospreciado al apoderarte de la esposa de Urías el hitita para hacerla tu mujer, jamás se apartará de tu casa la violencia. 11 Yo, el Señor, declaro: Voy a hacer que el mal contra ti surja de tu propia familia, y en tu propia cara tomaré a tus mujeres y se las entregaré a uno de tu familia, el cual se acostará con ellas a plena luz del sol. 12 Si tú has actuado en secreto, yo voy a actuar en presencia de todo Israel y a plena luz del sol.”
13 David admitió ante Natán:
—He pecado contra el Señor.
Y Natán le respondió:
—El Señor no te va a castigar a ti por tu pecado, y no morirás. 14 Pero como has ofendido gravemente al Señor, tu hijo recién nacido tendrá que morir.
Second Reading
Hechos 19:21-41
19:21 Después de estas cosas, Pablo decidió visitar Macedonia y Acaya, y seguir su viaje hasta Jerusalén. Además decía que después de ir a Jerusalén tendría que ir también a Roma. 22 Entonces mandó a Macedonia a dos de sus ayudantes, Timoteo y Erasto, mientras él se quedaba algún tiempo más en Asia.
23 Por aquel tiempo hubo en Éfeso un gran alboroto acerca del Nuevo Camino, 24 causado por uno llamado Demetrio, que era platero. Este hombre hacía figuritas de plata que representaban el templo de la diosa Artemisa, y daba mucha ganancia a los que trabajaban con él. 25 Reunió, pues, a éstos, junto con otros que trabajaban en oficios semejantes, y les dijo: «Señores, ustedes saben que nuestro bienestar depende de este oficio. 26 Pero como ustedes ven y oyen, ese tal Pablo anda diciendo que los dioses hechos por los hombres no son dioses; y así ha convencido a mucha gente, no solamente aquí en Éfeso sino en casi toda la provincia de Asia. 27 Esto es muy peligroso, porque nuestro negocio puede echarse a perder, y el templo mismo de la gran diosa Artemisa puede también perder la fama que tiene, y así será despreciada la grandeza de esta diosa que es adorada en toda la provincia de Asia y en el mundo entero.»
28 Cuando oyeron esto, se enojaron mucho y gritaron: «¡Viva Artemisa de los efesios!»
29 Hubo, pues, confusión en toda la ciudad. Se lanzaron sobre Gayo y Aristarco, dos hombres de Macedonia que acompañaban a Pablo, y los arrastraron hasta el teatro. 30 Pablo quiso entrar allí para hablar a la gente, pero los creyentes no lo dejaron. 31 También entre las autoridades de Asia había algunos amigos de Pablo, que mandaron a decirle que no debía meterse allí. 32 Entre tanto, en la reunión, unos gritaban una cosa y otros otra, porque la gente estaba alborotada y la mayor parte ni sabía para qué se habían reunido. 33 Pero algunos de ellos explicaron el asunto a Alejandro, a quien los judíos habían empujado al frente de todos. Alejandro hizo señas con la mano para pedir silencio y hablar en defensa de los judíos delante del pueblo. 34 Pero cuando se dieron cuenta de que él mismo era judío, gritaron todos durante un par de horas: «¡Viva Artemisa de los efesios!»
35 El secretario de la ciudad, cuando pudo calmar a la gente, dijo: «Ciudadanos de Éfeso, todo el mundo sabe que esta ciudad está encargada de cuidar el templo de la gran diosa Artemisa y de la imagen de ella que cayó del cielo. 36 Como nadie puede negar esto, cálmense ustedes y no hagan nada sin pensarlo bien. 37 Porque estos hombres que ustedes han traído no han profanado el templo ni han hablado mal de nuestra diosa. 38 Si Demetrio y los que trabajan con él tienen alguna queja contra alguien, ahí están los jueces y los juzgados; que reclamen ante las autoridades y que cada uno defienda su derecho. 39 Y si ustedes piden alguna otra cosa, deberá tratarse en una reunión legal. 40 Con lo que hoy ha pasado corremos peligro de que nos acusen de agitadores, pues no hay ninguna razón que podamos dar, si nos preguntan por la causa de este alboroto.» Dicho esto, despidió a la gente.
Gospel Reading
Marcos 9:14-29
14 Cuando regresaron a donde estaban los discípulos, los encontraron rodeados de una gran multitud, y algunos maestros de la ley discutían con ellos. 15 Al ver a Jesús, todos corrieron a saludarlo llenos de admiración. 16 Él les preguntó:
—¿Qué están ustedes discutiendo con ellos?
17 Uno de los presentes contestó:
—Maestro, aquí te he traído a mi hijo, pues tiene un espíritu que lo ha dejado mudo. 18 Dondequiera que se encuentra, el espíritu lo agarra y lo tira al suelo; y echa espuma por la boca, le rechinan los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que le saquen ese espíritu, pero no han podido.
19 Jesús contestó:
—¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Traigan acá al muchacho.
20 Entonces llevaron al muchacho ante Jesús. Pero cuando el espíritu vio a Jesús, hizo que le diera un ataque al muchacho, el cual cayó al suelo revolcándose y echando espuma por la boca. 21 Jesús le preguntó al padre:
—¿Desde cuándo le sucede esto?
El padre contestó:
—Desde que era niño. 22 Y muchas veces ese espíritu lo ha arrojado al fuego y al agua, para matarlo. Así que, si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos.
23 Jesús le dijo:
—¿Cómo que “si puedes”? ¡Todo es posible para el que cree!
24 Entonces el padre del muchacho gritó:
—Yo creo. ¡Ayúdame a creer más!
25 Al ver Jesús que se estaba reuniendo mucha gente, reprendió al espíritu impuro, diciendo:
—Espíritu mudo y sordo, yo te ordeno que salgas de este muchacho y que no vuelvas a entrar en él.
26 El espíritu gritó, e hizo que le diera otro ataque al muchacho. Luego salió de él, dejándolo como muerto, de modo que muchos decían que, en efecto, estaba muerto. 27 Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó; y el muchacho se puso de pie.
28 Luego Jesús entró en una casa, y sus discípulos le preguntaron a solas:
—¿Por qué nosotros no pudimos expulsar ese espíritu?
29 Y Jesús les contestó:
—A esta clase de demonios solamente se la puede expulsar por medio de la oración.
Evening Reading 1
Salmos 25
1 A ti, Señor, elevo mi alma.
2 Dios mío, en ti confío;
no permitas que quede confundido,
ni que mis enemigos se alegren de mí.
3 No dejen que se avergüencen los que en ti esperan;
se avergüencen los que sin motivo actúan con deslealtad.
4 Enséñame, Señor, tus caminos;
hazme conocer tus sendas.
5 Guíame con tu verdad y enséñame,
porque tú eres Dios, mi Salvador,
y en ti espero todo el día.
6 Recuerda, Señor, tu misericordia y tu amor fiel,
que son desde tiempos antiguos.
7 No recuerdes los pecados de mi juventud ni mis rebeldías;
por tu amor, acuérdate de mí, Señor, por tu bondad.
8 Bueno y recto es el Señor;
por eso enseña a pecadores el camino.
9 Guía a los humildes por el camino recto,
y enseña su senda a los humildes.
10 Los caminos del Señor son amor y fidelidad
para quienes guardan su pacto y sus mandamientos.
11 Por amor a tu nombre, Señor,
perdona mis culpas, que son muchas.
12 ¿Quién teme al Señor?
Él les enseñará el camino que deben elegir.
13 Vivirán tranquilos,
y sus descendientes heredarán la tierra.
14 El Señor es amigo de quienes le temen,
y les muestra su pacto.
15 Mis ojos están siempre puestos en el Señor,
porque él sacará mis pies de la trampa.
16 Vuélvete hacia mí y ten compasión,
porque estoy solo y afligido.
17 Alivia mi tristeza,
y sácame de mis angustias.
18 Considera mi sufrimiento y mis dolores,
y perdona todos mis pecados.
19 Mira cuántos enemigos tengo,
y cómo me odian con odio violento.
20 Guarda mi vida, sálvame;
que no quede confundido, porque en ti me refugio.
21 Que la integridad y la rectitud me protejan,
porque en ti espero.
22 Sálvanos, Dios de Israel,
de todos sus problemas.
Evening Reading 2
Salmos 40
1 Puse mi esperanza en el Señor,
y él se inclinó para escuchar mis gritos;
2 me salvó de la fosa mortal,
me libró de hundirme en el pantano.
Afirmó mis pies sobre una roca;
dio firmeza a mis pisadas.
3 Hizo brotar de mis labios un nuevo canto,
un canto de alabanza a nuestro Dios.
Muchos, al ver esto, se sintieron conmovidos
y pusieron su confianza en el Señor.
4 ¡Feliz el hombre que confía en el Señor
y no busca a los insolentes,
que no siguen a los que adoran a dioses falsos!
5 Señor y Dios mío,
muchas son las maravillas que tú has hecho
y las consideraciones que nos tienes;
ninguna se compara contigo.
Si quisiera anunciarlas y hablar de ellas,
serían más que se puedan contar.
6 No quieres sacrificios ni ofrendas,
pero me has abierto el oído.
No has pedido holocaustos ni ofrendas por el pecado.
7 Entonces dije: "Aquí estoy,
escrito está de mí en el libro."
8 Me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío;
tu ley está en mi corazón."
9 He dado a conocer las buenas nuevas de la liberación
en la gran congregación;
no he reprimido mis labios,
como bien sabes, Señor.
10 No he ocultado tu salvación en mi corazón,
he hablado de tu fidelidad y tu salvación;
no he escondido tu amor ni tu verdad
de la gran congregación.
11 No me niegues, Señor, tu misericordia;
que tu amor y tu fidelidad siempre me protejan.
12 Porque muchas calamidades me han rodeado,
demasiadas para contarlas;
mis iniquidades me han atrapado,
y no puedo ver;
son más que los cabellos de mi cabeza,
y mi corazón desfallece.
13 Señor, ten piedad, líbrame;
Señor, apresúrate a ayudarme.
14 Que sean avergonzados y confundidos
los que intentan quitarme la vida;
que huyan y se avergüencen
los que quieren hacerme daño.
15 Que se turben de vergüenza
los que me dicen: "¡Ja, ja!"
16 Pero los que buscan al Señor
se regocijan y se alegran en él;
los que aman tu salvación
digan siempre: "¡Grande es el Señor!"
17 Yo, en cambio, estoy pobre y necesitado,
pero el Señor piensa en mí.
Tú eres mi ayuda y mi libertador;
no tardes, Dios mío.
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