En una carta a la Iglesia, la Rvda. Jihyun Oh afirma que IP(EE. UU.) seguirá apoyando y defendiendo a los más vulnerables de entre nos
Secretaria Permanente y Directora Ejecutiva: El corazón del liderazgo es levantar a las demás personas en lugar de hundirles
Estimada hermandad en Cristo Jesús y discipulado de nuestro Señor crucificado y resucitado,
Las Escrituras nos recuerdan que, mientras Cristo Jesús se encaminaba hacia la cruz, también confiaba su ministerio terrenal a sus discípulos. Al no comprenderlo, los discípulos se encontraron discutiendo sobre quién sería el más grande. Ante esto, Jesús les dice: "El más grande entre ustedes debe servir a los demás. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido" (Mateo 23:11-12).
Este es el corazón del liderazgo, especialmente para cualquiera que pretenda ser una "persona cristiana" - servir a las demás en lugar de insistir en la propia grandeza, elevar a las demás en lugar de hundirles, mostrar honor a las personas más pequeñas en lugar de denigrar su humanidad, utilizar el propio poder y autoridad para trabajar por la integridad del amado mundo de Dios en lugar de dañar a las personas más vulnerables de la sociedad.
Como los Co-moderadores de la 226a Asamblea General y yo escribimos en diciembre, como una denominación Cristiana, Reformada, Presbiteriana, nos como IP(EE. UU.) seremos una iglesia para este tiempo y lugar como Dios nos llama a ser. Y actuaremos de acuerdo con nos valores bíblicos y teológicos que también han guiado las acciones de nuestras Asambleas Generales, tanto de la IP(EE. UU.) como de nuestras denominaciones predecesoras, en el discernimiento de nuestras políticas.
Seguiremos apoyando y defendiendo a los más vulnerables de nuestra sociedad, ya sea por su condición, identidad, capacidad, recursos o cualquier otro factor; todos llevan la imagen de Dios. En nuestra vida común como denominación, seguiremos buscando la representación y la plena participación de todos en la vida de nuestra denominación mientras seguimos viviendo la unidad en nuestra diversidad. Seguiremos apoyando y defendiendo a la hermandad y comunidad LGBTQIA+ y actuaremos para resistir los intentos de denigrarles o perjudicarles, o de excluirles de la promesa de la plenitud de la vida.
Trabajaremos para que llegue el día de la plenitud de Dios, cuando todas las lágrimas sean limpiadas, las armas sean convertidas en rejas de arado, el hambre y la violencia desaparezcan, la Tierra y todas las personas que la habitan sean restauradas, donde reine el amor y la justicia de Dios.
Como pueblo presbiteriano, el Señor de nuestra conciencia nos llama a levantarnos contra el abuso de poder y autoridad, especialmente cuando se hace en nombre de Cristo pero no a imagen y semejanza de Cristo y su ministerio terrenal.
Nuestro Dios nos llama y nuestra nube de testigos nos llama y nos fortalece con su testimonio del amor y la justicia de Cristo Jesús en el mundo.
Tomando partido contra el ascenso del partido nazi, el movimiento de la Iglesia Confesante en Alemania redactó en 1934 laDeclaración Teológica de Barmen, afirmando que sólo Cristo es Señor de la Iglesia y Soberano del mundo: "Jesucristo, como se nos atestigua de él en la Sagrada Escritura, es la única Palabra de Dios que tenemos que escuchar, y que tenemos que confiar y obedecer, en la vida y en la muerte. " [IP(EE. UU.) Libro de Confesiones, 8.11].
Nuestro Dios nos llama y también nos envía.
Dios envía a la Iglesia a trabajar por la justicia en el mundo: ejerciendo su poder por el bien común; actuando con honestidad en las esferas personal y pública; buscando la dignidad y la libertad para todas las personas; acogiendo a los extranjeros en la tierra; promoviendo la justicia y la equidad en la ley; superando las disparidades entre ricos y pobres; dando testimonio contra los sistemas de violencia y opresión; y reparando los agravios contra individuos, grupos y pueblos [Libro de Orden de la IP(EE. UU.), W-5.0303].
Muchos en la Iglesia, como fiel discipulado a Jesucristo, han estado trabajando por y hacia la justicia y el amor de Dios en el mundo. En las próximas semanas y meses, se compartirá más sobre lo que el pueblo presbiteriano está haciendo y puede hacer en unión.
Romanos 12:9-16, 21 nos lo recuerda:
9 Ámense sinceramente unos a otros Ámense sinceramente unos a otros. Aborrezcan lo malo y apéguense a lo bueno. 10 Ámense como hermanos los unos a los otros, dándose preferencia y respetándose mutuamente. 11 Esfuércense, no sean perezosos y sirvan al Señor con corazón ferviente. 12 Vivan alegres por la esperanza que tienen; soporten con valor los sufrimientos; no dejen nunca de orar. 13 Hagan suyas las necesidades del pueblo santo; reciban bien a quienes los visitan.
14 Bendigan a quienes los persiguen. Bendíganlos y no los maldigan. 15 Alégrense con los que están alegres y lloren con los que lloran. 16 Vivan en armonía unos con otros. No sean orgullosos, sino pónganse al nivel de las personas humildes. No presuman de sabios.
21 No se dejen vencer por el mal, sino venzan el mal con el bien.
No desesperemos aunque nos aflijamos por el quebrantamiento y el dolor que presenciamos. No nos desanimemos. Que nuestro discipulado sea un testimonio fiel de lo que significa ser parte del "pueblo cristiano" en este tiempo. Que así sea para toda nuestra denominación.
Para más información:
Comité de Representación de la Asamblea General
Comité de Defensa para la Mujer y la Justicia de Género
El Comité de Defensa por la Equidad LGBTQIA+
La Rvda. Jihyun Oh, Secretaria permanente de la Asamblea General y Directora Ejecutiva de la Agencia Unificada Provisional
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