Arraigados: Los fundamentos de la política presbiteriana
La Iglesia y sus confesiones: Ser una iglesia confesional
La primera sección del Libro de Orden es "Los fundamentos de la política presbiteriana". El segundo capítulo de la sección Fundamentos está dedicado a "La Iglesia y sus confesiones". Esto se debe a que la iglesia, y concretamente esta denominación, es "una comunidad de personas conocidas tanto por sus convicciones como por sus acciones" (F-2.01). Declaramos las convicciones que nos identifican en los documentos confesionales que, en conjunto, forman nuestra declaración de fe, el Libro de Confesiones.
Tenemos una identidad distintiva, arraigada en una teología distintiva. Se trata de una teología compleja, articulada en documentos complejos. Por eso tenemos un capítulo al principio del Libro de Orden que explora el Libro de Confesiones y sus funciones.
"La Iglesia y sus confesiones" tiene cinco secciones. La primera nos dice para qué sirve nuestra confesión de fe; qué pide nuestra denominación que haga nuestra confesión de fe (F-2.01). La segunda sección aclara la relación entre el Libro de Confesiones y la Biblia. Establece cuál es más básico y cuál es secundario (F-2.02). Las secciones tres a cinco señalan que los documentos del Libro de Confesiones identifican a la Iglesia Presbiteriana (EE. UU.) como cristiana (F-2.03), más específicamente, protestante (F-2.04) y, aún más específicamente, parte de la tradición reformada (F-2.05).
¿Qué es el Libro de Confesiones y qué le pide nuestra política que haga? La respuesta a esa pregunta se encuentra en la primera página de ese libro, que dice: "La Constitución de la Iglesia Presbiteriana (EE. UU.). Parte I. Libro de Confesiones". Es fácil pasar por alto la importancia de esto. El Libro de Confesiones es constitucional. Nos constituye como una denominación distinta.
El primer párrafo de "La Iglesia y sus Confesiones" ofrece una declaración valiosa de lo que nuestra confesión de fe debe hacer en nuestra vida juntos: "En estas declaraciones, la iglesia declara a sus personas miembro y al mundo quién y qué es, qué cree y qué se propone hacer" (F-2.01). Esa es una declaración que se debe analizar.
El tiempo verbal de los verbos de esta frase es importante: todos están en presente. En el Libro de Confesiones, estamos declarando quiénes somos, qué creemos y qué resolvemos hacer. No decimos simplemente lo que otra persona, en el presente o en el pasado, dijo sobre quiénes eran. Tampoco decimos simplemente lo que otro creyó, ni lo que otro resolvió hacer para vivir la fe que compartimos con ellos.
Al considerar esta fuerte declaración, no pierda de vista las palabras "a sus personas miembro y al mundo". Nuestra confesión de fe está dirigida tanto hacia adentro como hacia afuera. Hacia adentro nos enseña quiénes somos. Y hacia afuera da forma y fortalece nuestra proclamación al mundo, tanto en palabras como en acciones.
"Lo que se propone hacer" se completa con los verbos de esta sección: los documentos del Libro de Confesiones identifican, guían, resumen, dirigen, equipan y fortalecen. Hacen cosas, cosas que son fundamentales en nuestra vida juntos. De todas estas maneras, nuestra confesión de fe fundamenta nuestra vida de fe.
Por supuesto, es complicado. Si bien los documentos confesionales del Libro de Confesiones tienen un poder y una función en tiempo presente, también son documentos producidos por otras personas: personas cristianas en diferentes épocas, lugares y circunstancias. Son a la vez universales y particulares. Son universales en su articulación de la fe en Jesucristo que compartimos con todo el pueblo cristiano. Y son particulares del contexto en el que se desarrollaron y escribieron. El segundo párrafo del capítulo dos busca equilibrar el carácter universal y particular de los documentos que conforman nuestra confesión de fe: "Apelan a la verdad universal del Evangelio, al tiempo que expresan esa verdad dentro de los supuestos sociales y culturales de su tiempo" (F-2.01).
El tercer párrafo del segundo capítulo también está marcado por un cuidadoso equilibrio. "Estas declaraciones confesionales son normas subordinadas en la iglesia, sujetas a la autoridad de Jesucristo, la Palabra de Dios, tal y como dan testimonio de él las Escrituras" (F-2.01). Son subordinadas y son normas. No pueden descartarse a la ligera. La iglesia no puede ignorar a las personas ordenadas que rechazan por completo la fe que esos documentos tratan de articular. Esto se debe a que las confesiones nos dan una relación entre nos. Estamos unidos en nuestra forma distintiva de la IP (EE. UU.) de entender la fe y la fidelidad. El rechazo total de nuestra confesión de fe perturba esas relaciones.
Para Reflexionar:
- ¿De qué manera su congregación y sus ministerios son "una comunidad de personas conocidas por sus convicciones y por sus acciones"?
- ¿Cuál es su pasaje favorito del Libro de Confesiones? ¿Cómo le ayuda ese pasaje a comprender quién y qué es la iglesia, en qué cree y qué pretende hacer?
- El Libro de Confesiones es un documento complejo. ¿Qué prácticas pueden ayudarnos a conocerlo mejor?
Recursos adicionales para el Libro de Confesiones:
- Libro de Confesiones: Edición de estudio, revisada
- Las lecturas del Libro de Confesiones se incluyen en la aplicación Oración diaria, disponible en versiones para Apple y Android.
Barry Ensign-George anciano docente en la Iglesia Presbiteriana (EE. UU.). Ha trabajado como pastor en Iowa y a nivel confesional en la Oficina de Teología y Adoración.
A lo largo del 2025, los artículos mensuales de Regarding Ruling Elders se centrarán en los Fundamentos de la Política Presbiteriana incluidos en nuestro Libro de Orden. Las personas ordenadas como ancianas gobernantes pueden beneficiarse de estas reflexiones al considerar sus propios ministerios y su llamado a servir como líderes en la Iglesia Presbiteriana (EE. UU.).
© 2025 Barry Ensign-George
Obra autorizada para su publicación en "Acerca de las personas ordenadas como ancianas gobernantes: Una serie mensual para servir fielmente". Las congregaciones y los concilios intermedios pueden imprimir copias para uso educativo. Se necesita permiso para cualquier otro uso, incluidas la copia y la reimpresión.
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