Una palabra pastoral sobre el ataque israelí a la Iglesia de la Sagrada Familia en Gaza

Con profundo dolor y justa indignación, unimos nuestras voces a las de comunidades cristianas y personas de conciencia de todo el mundo para condenar el mortífero ataque contra la Iglesia de la Sagrada Familia en Gaza. Un lugar sagrado de refugio se convirtió esta semana en un escenario de muerte cuando, al parecer, las fuerzas militares israelíes atacaron el recinto de la iglesia, matando a tres civiles que habían buscado seguridad entre sus muros e hiriendo a varios más, incluido el párroco.

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Este ataque se produce en medio de una catástrofe humanitaria cada vez más grave en Gaza: un asalto implacable que ha dejado decenas de miles de muertos, muchos más heridos e innumerables familias desplazadas. Se ha cortado el acceso a productos de primera necesidad, como alimentos, agua y medicinas, dejando a la población civil sumida en un sufrimiento inimaginable.

También nos alarman los recientes informes de sobre actos de violencia contra cristianos en la ciudad cisjordana de Taybeh, que incluyen ataques contra viviendas, propiedades y la antigua comunidad cristiana de la localidad. Estos actos forman parte de un patrón más amplio de acoso y violencia contra civiles palestinos -musulmanes y cristianos por igual- por parte de colonos extremistas israelíes, a menudo llevado a cabo con impunidad.

La Iglesia Presbiteriana (EE.UU.) está con todos los que sufren en Gaza, Cisjordania y en toda la región -personas de toda fe y procedencia- cuyas vidas están amenazadas por la guerra, la ocupación, el desplazamiento y la violencia. Lamentamos los ataques contra civiles y lugares de culto, actos que violan el derecho internacional y profanan nuestra humanidad común.

Como seguidores de Jesucristo - el Príncipe de la Paz - proclamamos que la verdadera seguridad nunca puede construirse sobre el sufrimiento de los inocentes. Rechazamos las narrativas que deshumanizan a los palestinos, justifican el castigo colectivo y silencian los gritos de quienes se ven atrapados en el fuego cruzado de la injusticia.

Hacemos un llamamiento:

• Al gobierno de Israel que cese los ataques contra civiles, proteja los lugares religiosos y ponga fin a la ocupación que alimenta los ciclos de violencia
• El gobierno de Estados Unidos debe poner fin a la ayuda militar que permite la violencia indiscriminada y defender los derechos humanos y el derecho internacional
• Iglesias y comunidades de todo el mundo a que alcen sus voces en oración, testimonio y acción en favor de todos los que sufren los horrores de la guerra y la opresión.

La luz alumbra en la oscuridad,¡y nada puede destruirla!Esta luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no han podido apagarla. - Juan 1:4 - 5 Que nuestras oraciones, palabras y acciones sean fieles testigos de esa luz.

Oremos:

Dios de justicia y misericordia,
Te clamamos por Gaza, donde hay vidas destrozadas, familias destruidas y la esperanza se debilita bajo un asalto implacable. Consuela a los que lloran, cura a los heridos y protege a los vulnerables. Rompe los muros del odio y el miedo que alimentan tal devastación.

Levantamos a la población de Taybeh y a todos los habitantes de Cisjordania que se enfrentan a amenazas, desplazamientos y violencia. Ampáralos con tu paz. Da valor y fuerza a quienes trabajan por la justicia frente al miedo y la intimidación.

Rezamos por el pueblo de Israel: por los que lloran, por los que viven con miedo, por los que anhelan una paz que parece cada vez más difícil de alcanzar. Aléjalos de la venganza y condúcelos hacia un futuro basado en la justicia, la dignidad y la reconciliación.

Fortalece a todos los que se atreven a buscar la paz, a decir la verdad y a vendar a los quebrantados de corazón. Haz que tu luz atraviese esta oscuridad actual, y que nosotros, tu pueblo, seamos fieles instrumentos de tu paz en un mundo sediento de curación.

Oramos en el nombre de Jesucristo, nuestro Salvador y Señor. Amén.